• El ciberbullying se da casi siempre dentro del grupo de pares. Algunas/os integrantes del grupo son quienes agreden y otros solo participan como "testigos" o "espectadores" de la situación, y aunque muchas veces no se involucran, también los y las afecta emocionalmente.
• Es clave que la escuela y la familia puedan trabajar de manera conjunta.
• El resto de las compañeras y los compañeros pueden cumplir un rol muy importante para frenar la situación a través de ciertas acciones: ayudando directamente a la persona agredida, pidiendo ayuda o, simplemente, dejando de apoyar a la persona que agrede.

Si tu hijo o hija es víctima de bullying /ciberbullying, está sufriendo y necesita ayuda. Si en cambio, es quien hace bullying también necesita ayuda para encarar sus vínculos de otra manera, desde otro lugar que no sean la agresión o la discriminación.

Los siguientes pueden ser algunos disparadores para abrir el diálogo en familia:

• Preguntar sobre la situación: ¿a quién le ocurre? ¿Qué piensan sobre eso?
• Si son parte de un grupo en el que eso está sucediendo, es importante hablar sobre “ponerse en el lugar de la otra persona” y tener empatía para comprender qué sentimientos le produce esa agresión. Es fundamental entender juntos que, incluso los gestos más pequeños, pueden ayudar a quien más lo necesite a terminar con ese hostigamiento.
• Además es importante transmitir:
  • Que no repliquen situaciones de agresión por más que resulte gracioso.
  • Que comprendan que observar sin decir nada también puede ser una forma de alimentar la violencia.
  • Que los vínculos tienen que basarse en valores positivos, como el respeto, la empatía y la tolerancia.
  • Que se animen a hablar con alguien de confianza en caso de estar sufriendo bullying o de querer ayudar a un compañero/a que lo sufre.

Quien lo padece está sufriendo agresiones de manera constante. Esto suele producir sentimientos duraderos de vergüenza, depresión y baja autoestima. Puede disminuir el rendimiento escolar y que el niño o la niña se sienta mal físicamente, sin ganas ni fuerzas. Por ese motivo se sugiere:

• Nunca culpabilizar a quien está sufriendo acoso.
• Siempre creer en su palabra y no minimizar la situación.
• Como familia, no estigmatizar en roles fijos a quienes participan. Los roles pueden modificarse si hay intervenciones adecuadas. Por eso es muy importante acercarse a la escuela para que actúe el equipo de Orientación Escolar.
• Solo recurrir al diálogo constructivo con la familia/s o los/ las involucrados/as para que puedan producirse cambios en las actitudes.

Es necesario comunicarse rápidamente con la escuela o el lugar donde está sucediendo, para generar la red de contención y las intervenciones grupales necesarias, y que de esta forma finalicen la agresiones y se pueda contener y apoyar a los/las involucrados/as.